
diciembre 15, 2025
La inversión física del gobierno en Pemex registró una caída significativa durante el presente año. Entre enero y octubre, la petrolera recibió 193 mil millones de pesos, un monto 29 % menor en términos reales frente al mismo periodo de 2024. Este ajuste representó el descenso más pronunciado al inicio de un sexenio desde que existen registros comparables en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Como consecuencia, la producción de petróleo mostró un deterioro notable y se colocó por debajo de los objetivos oficiales establecidos por el gobierno federal.
Especialistas del sector energético coinciden en que la reducción de recursos afectó de manera directa la capacidad operativa de Pemex. Durante este año, la producción promedio se ubicó en 1.6 millones de barriles diarios, el nivel más bajo de las últimas cuatro décadas.
Esta cifra quedó por debajo de la meta oficial de 1.8 millones de barriles, diseñada para cubrir el mercado interno y mantener exportaciones bajo criterios de sustentabilidad ambiental. Analistas señalan que la falta de inversión en infraestructura, maquinaria y equipo limitó la recuperación de campos productivos.
Además del impacto operativo, la petrolera enfrenta una situación financiera compleja. Entre enero y septiembre, Pemex reportó una pérdida neta de 45 mil millones de pesos. Al mismo tiempo, los adeudos con proveedores aumentaron 32 %, hasta alcanzar 517 mil millones de pesos, mientras los pasivos financieros rondan los 100 mil millones de dólares.
Académicos advierten que la estrategia de priorizar la refinación, con márgenes más bajos que la extracción, restó recursos a las actividades productivas clave y profundizó los problemas existentes.
El director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, reconoció las restricciones presupuestales y la magnitud de las necesidades de inversión. Ante este escenario, la empresa abrió la puerta a una mayor participación del sector privado en proyectos de exploración y desarrollo.
Según el directivo, la colaboración privada resulta necesaria para cubrir los requerimientos de capital y avanzar en el pago a proveedores, en un contexto donde los recursos públicos resultan insuficientes.
Para 2026, el Congreso aprobó recursos por 781 mil 62 millones de pesos para Pemex, que incluyen presupuesto directo y aportaciones de la Secretaría de Energía. El gobierno considera este monto como un respaldo inédito con el objetivo de lograr la sostenibilidad financiera de la empresa a partir de 2027.
Analistas financieros observan este apoyo como un voto de confianza, aunque subrayan que el éxito dependerá de la reestructura de la deuda y de la ejecución efectiva de los planes operativos.
Mientras la recaudación en hidrocarburos creció 6% en el mismo periodo, expertos señalan que el gobierno enfrenta presiones para destinar recursos a programas sociales, lo que limita la inversión productiva.
Especialistas advierten que sin un refuerzo sostenido en inversión y gestión administrativa, la situación de Pemex difícilmente mostrará un cambio profundo en 2026, pese a los apoyos presupuestales anunciados.











