Humanidad adormecida por distractores ante el dolor de los demás

julio 13, 2025

Yhadira Paredes

Xalapa, Ver.- Luego de dar gracias por la clausura de cursos escolares, el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, se pronunció por actuar como el buen samaritano con aquellos que se sienten robados, estafados, víctimas de engaños e infidelidades y han perdido, incluso, las ganas de vivir.

El prelado católico primero se sumó a las intenciones de las familias xalapeñas por la clausura de los cursos escolares, así como por el bienestar de los maestros y maestras y de los seminaristas y el Seminario de Xalapa.

“Vamos a unir esta eucaristía a las intenciones de tantas clausuras de cursos escolares, académicos, y también tantos proyectos formativos que se están realizando en todo México, y de manera muy especial en nuestra arquidiócesis de Xalapa”.

HAY GENTE QUE HA PERDIDO LAS GANAS

DE VIVIR

Por otra parte, Jorge Carlos Patrón Wong se refirió a la parábola del Buen Samaritano y aseguró que la humanidad tiene un sentimiento de mentiras, de asaltada, herida, derivado del odio, el rencor, la competencia, los celos.

“Hay gente que pierde las ganas de vivir, de ser un buen cristiano, un buen papá o mamá, jóvenes que quieren olvidarse del futuro, de los retos del presente a través del alcohol y las drogas, esas escapatorias nos llevan a un punto, cuando nos sentimos debajo del nivel de la dignidad humana, cuando hemos caído en vicios, pecados, mentira, corrupción y bajezas, viene el buen samaritano que es Jesús a salvarnos”.

Además, sostuvo que es el Buen Samaritano quien rescata, revive y levanta las veces que sea necesario.

Y es que, dijo, se puede vivir en una tranquilidad de las conciencias porque se está adormecido, distraídos, pasando de largo ante las necesidades, urgencias, sufrimientos de otras personas.

“Tenemos muy cerca de nosotros a personas que necesitan al buen samaritano, lo importante es empezar a mirar como nos mira dios, decimos no es nuestro problema. Hay muchos hermanos que necesitan una mirada humana y una que venga de dios.

Hay que bajarse, acercarse y tomar las heridas y tomar en nuestra vida las necesidades de los demás”, finalizó.