
En lo que va del año, Veracruz ocupa el cuarto lugar nacional en número de personas desaparecidas
julio 20, 2025
Ariadna García
Xalapa, Ver.
Integrantes del Consejo Estatal Ciudadano de Veracruz hicieron un llamado a las autoridades a evitar reducir las desapariciones a “ausencias voluntarias” sin sustento y tratar con seriedad y sensibilidad cada caso, evitando juicios anticipados.
Sobre las recientes declaraciones en medios sobre localización de personas desaparecidas, a través de un pronunciamiento, exponen que si bien celebran que las autoridades estén realizando localizaciones de forma eficaz, activando los protocolos de búsqueda con mayor inmediatez —tal como lo establece la ley—, es indispensable señalar que no todas las ausencias pueden ser catalogadas como voluntarias.
Y es que explican que muchas de ellas son producto de contextos de violencia estructural, familiar, digital o de riesgos vinculados a redes de trata, reclutamiento o explotación.
El órgano técnico de consulta del Mecanismo Estatal de Coordinación en Materia de Búsqueda de Personas del estado de Veracruz, precisó que datos recientes confirman que Veracruz es una de las entidades con más personas desaparecidas en el país.
Y es que hasta el primer semestre de 2025 Veracruz ocupa el cuarto lugar nacional en número de personas desaparecidas y más de 7,000 personas continúan sin ser localizadas en la entidad.
«En 2025, el municipio de Veracruz duplicó el número de reportes, con más de 900 personas desaparecidas. De los casos de niñas, niños y adolescentes desaparecidos, más del 50 % corresponde a mujeres menores de edad».
Estos datos, señalan, demuestran que las desapariciones no pueden abordarse de manera simplista ni desde prejuicios que estigmatizan a las víctimas y sus familias.
«En muchos casos, adolescentes y mujeres jóvenes enfrentan riesgos como el grooming, el abuso en línea, la violencia familiar o la necesidad de resguardarse de contextos inseguros, todo lo cual debe ser investigado con enfoque de derechos humanos, género, niñez y adolescencia».
Por ello, hicieron un llamado respetuoso pero firme a evitar reducir las desapariciones a “ausencias voluntarias” sin sustento, tratar con seriedad y sensibilidad cada caso, evitando juicios anticipados.
Asimismo, contribuir a una narrativa que visibilice las múltiples causas de la desaparición y respetar la dignidad de las víctimas y sus familias, evitando su revictimización.
«El lenguaje construye realidad. Por ello, es crucial en promover comprensión, empatía y respeto, no en reproducir estereotipos que obstaculizan los procesos de verdad, justicia y reparación».











