
¿Robots contra el crimen? La visión de Elon Musk con Optimus
diciembre 4, 2025
Elon Musk volvió a generar debate al asegurar que Optimus, el robot humanoide desarrollado por Tesla, podría convertirse en una herramienta para impedir delitos antes de que ocurran. Durante la junta de accionistas del 6 de noviembre, el empresario afirmó que estos robots serían capaces de “seguir a las personas y evitar que cometan crímenes”, presentándolo como un modelo de contención “más humano”.
Las declaraciones de Musk evocan escenarios de vigilancia extrema similares a los retratados en la ciencia ficción. Según su planteamiento, cada persona podría contar con un robot que la acompañe constantemente y actúe únicamente para evitar acciones delictivas. Sin embargo, no detalló cómo determinaría el robot qué constituye un delito, ni cómo anticiparía una conducta criminal sin cometer errores graves.
Aunque Tesla ha mostrado avances con Optimus —como movilidad autónoma, tareas simples y manipulación de objetos— analistas coinciden en que el nivel de autonomía actual está lejos de lo necesario para intervenir en situaciones reales de seguridad. Para prevenir delitos, un robot necesitaría capacidades complejas: interpretar intenciones, detectar riesgos en ambientes dinámicos y aplicar medidas de contención sin causar daño, algo que la robótica aún no domina.
Especialistas en inteligencia artificial han advertido que sistemas diseñados para anticipar conductas suelen replicar sesgos presentes en bases de datos históricas. Investigaciones recientes señalan que los modelos predictivos pueden discriminar por condición socioeconómica o por perfil racial, lo que abre dudas sobre justicia, transparencia y responsabilidad. Con un robot físico, esos riesgos se incrementan.
Experimentos en ciencias sociales muestran que las personas desconfían de decisiones automatizadas en temas sensibles como seguridad pública. Sin auditorías independientes, mecanismos de supervisión constante y reglas claras sobre uso de la fuerza, un robot que siga a ciudadanos podría percibirse más como un agente de vigilancia invasiva que como una herramienta de protección.
Musk sostiene que Optimus podría convertirse en el “producto más grande de la historia”, incluso más que el teléfono móvil, y aseguró que algunos prototipos ya operan dentro de Tesla sin supervisión constante. Aun así, no existen pruebas públicas de que los robots puedan realizar tareas de seguridad, ni protocolos oficiales sobre cómo actuarían en situaciones de riesgo.
La discusión es relevante: aunque existen robots usados para supervisión en espacios cerrados, llevar este concepto al espacio público requeriría estándares de seguridad comparables a los de dispositivos médicos, regulaciones firmes y evidencia independiente de su eficacia. Por ahora, Optimus representa más una promesa futurista que una solución real.











